
Desde que me dedico profesionalmente a la redacción ha habido gente que de reojo me ha estado mirando para ver si me daba una hostia y poder así decirme aquello de “te lo dije” (que jodido es el personal), pero gracias a Santa Tecla ni ha pasado ni creo que vaya a pasar. Ahora bien, eso no quiere decir que no las haya pasado canutas, pues sería de necios afirmar lo contrario; y quienes sepáis lo que es el 036 me comprenderéis.
Hay momentos donde es fácil replantearse qué se está haciendo con la vida, etapas de bajón donde uno no hace más que fijarse en los asalariados convencidos; los nuevos mesías laborales que no tienen mayor preocupación que las ocho horas de jodienda con el gerifalte de turno. No es fácil ser independiente en este país, pues ni los gobernantes, ocupados con sus coletas, barbas y riñas de primaria; ni la sociedad, anclada en el sedentarismo laboral; harán nada por vosotros. Los sindicatos os dejarán más solos que al Lancia de Rita Barberá, la patronal os mostrará el dedo corazón, el que más solera tiene; y por si fuera poco vuestra madre os mirará como a un iluso de la vida. No somos autónomos, somos héroes; pero como por los jodidos impuestos no nos llega para comprar una capa en El Corte Inglés tenemos que convencernos con pasar por el Chino de turno.
¿Pero sabéis qué? Aún a pesar de lo que os he vomitado en el párrafo anterior merece la pena dar el paso al frente y por una vez en la vida atreverse a decir “basta ya”. Tener una nómina y un trabajo fijo, ver cada día las mismas caras y cagarse en los antepasados de los mismos jefes….¿no os gustaría ir más allá?¿No os gustaría, por una vez en la vida, ser quien corte el bacalao?
Os he dado una serie de razones por las que ser autónomo en España es una mierda pinchada en un palo, pues primero de todo no quiero que me confundáis con un vendemotos. No obstante, y visto el panorama de muchos con los que me suelo cruzar en mi vida personal y laboral, me gustaría contaros también dos cosas positivas que acarrea salirse del tiesto: la familia y la vida.
¿Tenéis hijos pequeños? Yo sí, una enana que apenas llega al año y que me tiene más enamorado que Jack y Daniel´s. ¿Y sabéis qué es lo que me acabó convenciendo para dejar tiradas las opciones laborales que me surgieron antes de que naciera? Estar con ella. Puede que no gane lo mismo que me ofrecían, y puede también que no vaya a tener el mismo rating ante un banco; pero siéndoos sinceros me la trae floja, pues me considero pagado pudiendo trabajar a tres metros de donde mi hija juega y me mira con admiración. “¡Aquí está mi papá!¡Mi héroe!” Es algo que ninguna nómina puede pagar, os lo prometo. De hecho es triste ver cómo los hijos crecen sin recibir el beso de buenas noches, sin ver qué hacen en el día a día y sin saber nada de ellos más allá de lo que os puedan decir sus abuelos o los tipos de la guardería. Es triste tener hijos y no conocerlos.
Las puertas se abren a un nuevo universo de opciones, la vida toma nuevos colores y los problemas pasan a ser relativos (y no, no he fumado nada). No tendréis que preocuparos por llegar tarde al trabajo, no tendréis que aguantar las injerencias de un jefe malfollado, y por si fuera poco no tendréis que disimular si os echáis un pedo de película mientras estáis trabajando. ¡No hay compañeros que os vayan a decir que sois unos guarros del copón! (pobre hija mía, lo que tiene que soportar…). Podréis planificar vuestro día a día, salir a pasear con los vuestros, hacer vida social, cambiar de cliente si el que tenéis no os motiva, mejorar vuestras expectativas salariales mientras vais cogiendo experiencia y un largo etcétera. De hecho hasta podréis negociar de tú a tú con los empresarios. Joder, ¿no os parece que merece la pena?
Observad a vuestro lado, ved más allá del vil metal de la nómina, dejad las escusas, mirad a los ojos a vuestra esposa, a vuestro marido, a vuestro hijo que llora cada vez que os vais al trabajo, y decidme: ¿no merecería la pena ser valientes? Sí, a mi también me daba miedo en su momento. Pero también es cierto que nunca he temido arriesgar, cruzar el mundo por una locura y un amor, dimitir de trabajos con contrato fijo porque no era feliz, mandar todo a la mierda una y otra vez con tal de seguir mi sueño y mucho más que haría vomitar al más mesiánico de los asalariados. Solo se vive una vez.
¿No os atrevéis?¿Os da miedo lo que pueda haber más allá?¿Os aterra la idea de resetear vuestra vida? ¡Es normal! Nadie os asegura nada. Puede que os hagáis millonarios, puede que como yo os convirtáis en unos mileuristas rarunos, puede que os peguéis una hostia que reflotaría el Titanic…podrían pasar muchas cosas. Pero si no lo intentáis nunca sabréis qué pudo ser. “Y sí…”.
Podría daros mil y un consejos para que empecéis, y de hecho había escrito 500 palabras más con un listado. Pero revisando me he dado cuenta de que no son cosas que no vayáis a encontrar en Google en la primera búsqueda si realmente estáis interesados. Así pues solo tengo una frase para ofreceros: creed en vosotros mismos, sed pacientes y mantened siempre viva la llama de la ilusión. Se que parece una gilipollez, pero con el tiempo, al ver los ojos de vuestros hijos, me comprenderéis.
Nos vemos en Hacienda.
Hay muchísima gente que ni siquiera se plantea dejar el curro de 8 o más horas para arriesgarse y trabajar por su cuenta. Por miedo, por comodidad o a saber por qué razones.
Hola Ovi
Pues sí, la mayoría ni se lo plantea seriamente. Yo creo que es miedo a perder «lo fijo».
España es una sociedad poco emprendedora, espero que cambie poco a poco gracias a las opciones que dan las nuevas tecnologías.
Un saludo
Jon