Tener un blog, un negocio en Internet o una empresa en general es como la vida misma, ya que hay emociones y sentimientos que surgirán, sensaciones que os atraparán y arrebatos que os llevarán a destacar o, en algunos casos, a cagarla bien. De ahí que los jóvenes emprendedores deban tener muy claro que a la hora de lanzarse con un proyecto, sea de la índole que sea, hay que tener los pies en la tierra (y digo jóvenes emprendedores porque doy por hecho que quienes ya tienen un camino no caerán en lo que os voy a contar hoy, aunque…).
En mis años trasteando por aquí y por allá he tenido la oportunidad de pasar por algunas de estas etapas, y la verdad es que al final, por mucho que os traten de dar cátedra al respecto, como mejor aprenderéis es a base de hostias. La clave del éxito.
Tendréis episodios de furia, rabia y mil “demonios” más que os podrán sacar del camino correcto y haceros caer en los entresijos de las barba de Belial. Por lo que debéis tener cuidado con ellos si queréis lograr el éxito y la admiración de los demás.
Índice de contenidos
Sentimientos a tener controlados por los jóvenes emprendedores
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Codicia
No es de extrañar que la codicia sea uno de los pecados capitales de la cristiandad, pues por su culpa ha habido muertos y traiciones en todas las etapas de la humanidad.
Como jóvenes emprendedores debéis ser conscientes de que vuestro éxito será un bálsamo que os dejará en el Nirvana y os hará sentir satisfechos, como es normal; pero no por ello queráis ir más allá a cualquier precio. De hecho por la codicia se han roto muchas relaciones de socios e incluso familiares o de amistad.
Un consejo: creed en vosotros, luchad por vuestras metas, aspirad siempre a más, pero no lo hagáis a cualquier precio. Lo material no lo es todo en esta vida, y si lo buscáis como si no hubiera un mañana, fracasaréis.
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Ignorancia
Los jóvenes emprendedores de hoy en día están cada vez más preparados, tienen más fuentes de conocimiento a su alcance y, en general, se defienden mucho mejor que aquellos que pudieron lanzarse al mundo de los negocios hace 30, 40 o más años.
La competencia es feroz y la necesidad de destacar acuciante. De ahí que un emprendedor no pueda permitirse el lujo de desconocer qué pasa en su sector, qué pasa en la sociedad y qué pasa en su entorno.
[stextbox id=»info»]Recordad que el conocimiento es poder, y que como una navaja suiza, os abrirá muchas puertas con bisagras de oro.[/stextbox]
Y que conste que no necesariamente me estoy refiriendo a tener títulos universitarios, ya que en este país hay demasiada obsesión por ello. Me refiero a que tengáis un espíritu inconforme y curioso, que cojáis libros y leais; que os informéis y cultivéis vuestra mente.
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Orgullo
Un pelín de orgullo siempre es necesario, pues reconocer quiénes sois y qué habéis tenido que pasar y superar para llegar hasta donde estáis es importante. Pero una cosa es ser consciente de ello y otra muy diferente es utilizarlo como arma arrojadiza contra quienes os rodean. El orgullo, en exceso, os traerá problemas y la imposibilidad de corregir cuando sea necesario; algo vital.
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Envidia
Éste sentimiento creo que es uno de los más extendidos entre los jóvenes emprendedores de hoy, pues cada vez es más complicado destacar y triunfar. De ahí que en muchos casos aquellos que lo consiguen suelen ser envidiados por muchos. Pero, ¿merece la pena? La envidia no va a ningún lado, y lo que deberíais hacer es fijaros en cómo esa persona ha logrado el éxito y replicar su método. Siempre hay grietas en el sistema que podréis aprovechar en vuestro favor.
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Prepotencia
Por mucho que hayáis conseguido no miréis a los demás como a la nada, pues debéis pensar que vosotros también estuvisteis en ese punto y que un día también sufristeis esa sensación de rechazo y superioridad. No lo repliquéis con los demás si no queréis ser rechazados. De hecho nunca sabréis quién podrá ser en el futuro esa persona a quien le habéis hablado como a la mierda, así que ojo. Y obviamente qué decir de que pocas faltas de educación pueden ser más primitivas que ésta. No os pongáis en escalones superiores a los demás.
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Impaciencia
Anda que no se habrán ido al carajo negocios por la impaciencia de quienes los gestionaban. ¡No os apresuréis a la hora de tomar decisiones! Si algo no lo tenéis muy claro no lo hagáis, así de sencillo. Puede que erréis, si, y de hecho lo haréis muchas veces; pero sabed que una apuesta por algo para lo que no estáis preparados os podrá mandar directos al freír morcillas.
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Egocentrismo
Ni el sol gira a vuestro alrededor ni saldréis en primera plana cuando os vayáis al otro barrio, ¿y sabéis por qué? Porque todos somos iguales. Mezclaros con gente de vuestro sector, abrid vuestras mentes a nuevas experiencias, tomad prestadas técnicas, visiones y modos de otros; mejorad y admitid críticas.
[stextbox id=»info»]La gente os puede aportar mucho, aprovechad.[/stextbox]
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Descontrol
Dinero viene, dinero va; compra va, cobro viene; inversión va, hacienda viene. Mucho ojo con el control de vuestro negocio, pues si no lleváis un organigrama para saber cómo hacer las cosas, y si encima tomáis decisiones al tuntún, la liaréis. Así pues os podréis imaginar la moraleja, ¿verdad? Coged un calendario, poneros metas realistas y tened cerca a un contable y a un “coach” que os puedan guiar. Recordad que os jóvenes emprendedores no nacen sabidos y que una ayuda no vendrá mal para tenerlo todo bajo raya.
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Desidia
Como jóvenes emprendedores vosotros tendréis que tirar del carro, pues si no es así no lograréis nada. Madrugad, estudiad, trabajad en vuestra idea y revolucionad el mundo. Pero no lo lograréis sin esfuerzo, lágrimas y sudor. ¿Estáis dispuestos? ¡Pues echadle cojones!
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Malicia
En el mundo del marketing online y de los negocios en la red hay mucho descerebrado que para conseguir sus escuetos éxitos va dejando por el camino un reguero de sangre (digital, claro). Respetad a la competencia, respetad a vuestros colaboradores y proveedores y sed justos y éticos, pues como ya os he comentado anteriormente, no lograréis ser respetados y dormir bien de otra manera.
En definitiva todo se reduce al sentido común y a la honradez, pues en la red, como en el mundo convencional, los valores siempre deben estar por delante. ¿Somos caballeros o desgraciados? Pues eso.
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