El interés compuesto es un concepto financiero que se produce cuando los intereses generados se agregan al capital inicial, lo que a su vez genera nuevos intereses. Esto significa que el capital crece de forma exponencial, ya que un ciclo de interés compuesto produce intereses sobre los intereses anteriores. Esto puede ser extremadamente beneficioso para nuestro patrimonio si lo utilizamos de manera adecuada.
Para entender mejor el concepto, imagina que tienes 100 euros en tu cuenta bancaria y el banco ofrece un interés del 5% anual (estamos imaginando mucho, pero bueno). Al final del primer año habrás ganado 5 euros en intereses y tendrás 105 euros en tu cuenta. Si el banco ofrece el mismo porcentaje de interés para el segundo año, obtendrás otros 5 euros; pero esta vez, no sobre los 100 euros iniciales, sino sobre los 105 euros que ya tenías. Por lo tanto, al cabo del segundo año tendrás 110,25 euros en tu cuenta.
Como puedes ver, los intereses generados se agregan a tu capital original y éste se vuelve a calcular con el nuevo monto; y así sucesivamente. Esta es la base del interés compuesto.