Errores al emprender

10 errores típicos a la hora de emprender

Errores al emprender

Hace unos días os comentaba una serie de consejos para emprender basados en los años que llevo levantando proyectos de diversa índole, y a decir verdad creo que voy a tener que hacer una segunda entrega, pues hay tantas cosas en el tintero…En fin, el asunto es que en esta ocasión quiero retomar la senda y mostraros algunos de los errores típicos a la hora de emprender. Y que conste que a pesar de que sean tan habituales la gente los sigue cometiendo, así que lamentablemente los tips que os traigo hoy creo que no pasarán de moda (espero equivocarme, pero…).

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Errores típicos a la hora de emprender

  1. Sin estudios de mercado, a lo loco

    Emprender a lo loco
    Imagen: Eleeprojects.com

    O mejor dicho, “a lo loco y sin frenos”. La leche va a ser la misma, así que al menos le echamos un poco de gracia al asunto, ¿no? Mirad, mucha gente piensa que esto de los estudios de mercado no es más que para grandes corporaciones, empresas exportadoras y demás; que no hacen falta para abrir un restaurante, para crear una línea de productos naturales en un pueblo de Cuenca o para ofrecer saltos en paracaídas en Murcia. Y bueno, así nos va. Uno de los errores típicos a la hora de emprender.

    Si tenéis en mente comenzar con un negocio no desaprovechéis la oportunidad de estudiar qué es lo que os rodea, de ver qué demanda hay en el mercado para asumir vuestra oferta y, sobre todo, de considerar lo que la gente piensa al respecto. En definitiva, y a grandes rasgos, haced un estudio de mercado. A fin de cuentas querréis venderle a alguien, y a no ser que ya tengáis los clientes atados tendréis que buscarlos. ¿Cómo sabéis si existen y si quieren lo que les ofrecéis? Pues ya sabéis, repetid conmigo las palabras mágicas: ¡estudio de mercado!

  2. Abarcar en exceso

    Si, ya se que al inicio el ánimo os desbordará; pero, ¿pensáis que eso es bueno? Tened en cuenta que los estados de euforia, son un problema que os nublará el raciocinio. Sí, algo así como si fueran drogas; el efecto es “similar”. Así pues debéis realizar el plan de negocio con mucha cautela para no tratar de abarcar más allá de lo que realmente podáis.

    Y si ya habéis comenzado con la actividad pararos un momento y no os vayáis a desbocar (otro de los errores típicos a la hora de emprender). ¿Vendéis bien y consideráis que podéis quedaros con todas las líneas del mercado? A no ser que seáis Telefónica o una bestia por el estilo dejad que os diga tres palabras: “ni de coña”. Está bien el hecho de querer progresar y aprovechar la oportunidad para comerse cada vez un trozo mayor del pastel, pero por favor, calculad bien que eso sea posible. Pensad en qué pasaría si se os va el plan a freír morcillas y no vendéis sino un 20 o 30% de la estimación que teníais para esas nuevas líneas de mercado. ¿Podréis soportarlo?

    No es que quiera ser gafe, pero los riesgos de este tipo de decisiones son muy elevados. Y precisamente por ello han tenido que cerrar muchas empresas que en principio sí resultaban rentables y prometedoras.

    [stextbox id=»info»]No querráis ser los dueños del mundo si aún no habéis pagado la hipoteca de vuestro apartamento en Carabanchel.[/stextbox]

    También existe la cara opuesta, aquellas personas que quieren abarcar esto y más con la idea de salvar las cuentas de una empresa que va de mal a peor. ¿Os hace pensar que eso mejorará la situación? Os podéis imaginar lo que os diré, ¿verdad? Bueno, pues si os encontráis en esa situación no deis un paso en falso que os pueda hundir irremediablemente en los abismos de un departamento de Hacienda donde el responsable tiene poca bondad y muy mala leche. Vamos, que no provoquéis una quiebra. Siempre hay una solución factible, así que consultad con un auditor y en menos de lo que tarda en relinchar un unicornio os dará una solución que os evitará salir del fango con estilo.

  3. Prepotencia y egocentrismo

    Egocentrismo en los negocios“¡Yo soy más chulo que un ocho!”, “tranquil, que yo controlo”,”qué sabrá ese idiota”,”todos son bobos menos yo”, etc. ¿Os suena alguna de estas actitudes? Me apuesto un chelín a que quien lo dijo, en la mayoría de las ocasiones, la cagó tratando de arreglar el desaguisado. ¿Cierto?

    Tener un negocio puede envalentonar a muchos, razón por la cual no acaban de aceptar críticas constructivas y consejos de buena fe. Si os llega una persona así pararos a pensar en lo que os ha dicho, y especialmente si se trata de un cliente. Y es que resulta que muchas veces, cegados por el orgullo, la acabamos liando. Que no se os caigan los anillos por escuchar lo que los demás tengan que deciros.

  4. Falta de experiencia y conocimientos

    Este punto no es tan frecuente de ver como los demás, pero aún así se da, y probablemente lo habréis visto en alguna ocasión, ¿verdad? Se reduce básicamente a las personas que se lanzan a emprender sin pensarse antes si conocen el sector, sea por estudios o por experiencia.

    En fin, aquí un consejo: no mováis ficha si no sabéis qué es lo que estáis haciendo realmente. A veces un negocio puede parecer muy sencillo de llevar, por lo que la gente se lanza de cabeza sin antes haber pisado un trabajo similar o sin haber estudiado algo relativo. Y un caso típico en este país es el de los bares. Sí, “muy fácil”, servir copitas; ¡y un cuerno! Se trata de un trabajo que si bien desde fuera puede parecer muy factible, desde dentro uno ve cómo el sacrificio y la destreza necesarios para tener éxito no son nada desdeñables. Así pues ojito con emprender sin tener ni idea.

  5. Ser cabezota en exceso

    Los españoles somos muy cabezotas, pues cuando algo se nos mete entre ceja y ceja…¿Y sabéis qué? Que eso es malo, muy malo. Una cosa es seguir una meta, y otra muy diferente es seguirla a cualquier precio; independientemente de lo que digan las cifras o el mercado y saltándoos a la torera lo que os dicen los clientes y lo que opina vuestra familia al respecto. ¿Recordáis aquello de “todos están locos menos yo”? Que a Steve Jobs le funcionase no quiere decir que os vaya a funcionar a vosotros. Y bueno, no es por ser cenizo, pero, como os decía más arriba, escuchad a la gente que os rodea. A veces la cabezonería puede llevarse por delante proyectos muy bonitos y prometedores.

  6. Riesgos excesivos

    Deudas al emprenderAquí es donde muchos emprendedores suelen pecar. ¿Os suena? Hipotecas, líneas de crédito, préstamos, etc. Demasiados son los que se arriesgan en exceso a la hora de montar un negocio, y demasiados son los que lo pierden todo por no haber calculado bien cuáles son los riesgos y las posibilidades reales.

    Si vais a emprender hacedlo a vuestra medida. Es decir, que no vayáis a contraer una deuda que no seríais capaces de pagar si el negocio se va a pique. Ahora bien, aquí nos volvemos a encontrar con la cabezonería y con la excitación ante un negocio nuevo. Esta droga mental nuevamente os susurrará “ánimo campeón, que tú puedes, endeúdate hasta las cejas”. Uno de los errores típicos a la hora de emprender. Typical spanish.

    Si no estáis duchos en el aspecto económico acudid donde un contable que os pueda echar una mano.

    [stextbox id=»info»]Tres cosas que jamáis tenéis que hacer a la hora de emprender un negocio: vender o hipotecar vuestras propiedades, endeudaros más allá de lo que podáis asumir si el negocio tuviera que cerrar el primer día y, el más importante quizá, que ni locos pidáis dinero a vuestros familiares o amigos. Y la razón para esto último es sencilla: puede acabar rompiendo lazos y generando malos ambientes.[/stextbox]

    ¿Habéis llegado a la conclusión de que si no os endeudáis no podréis invertir a lo grande? Pues leches, ¡entonces no lo hagáis! No hace falta invertir chorrocientos millones para comenzar con un negocio próspero. ¡Hay miles de opciones que os requerirán una inversión minúscula! Investigad, siempre hay mejores soluciones.

  7. Emprender por quedarse sin empleo

    ¿Os habéis quedado sin empleo y tenéis ahí la capitalización del paro y la indemnización por despido?¿Queréis sacarle provecho?¿Os preocupa vuestro futuro? Es lógico. Pero pararos a pensar un momento y preguntaros:

    [stextbox id=»info»]¿emprendéis porque creéis en una idea y sois conscientes de que podéis llevarla a cabo con cabeza o quizá emprendéis por desesperación?[/stextbox]

    Si es el primer caso bienvenido sea, pero si es el segundo caso ¡quietos ahí! Emprender no es tan bonito como lo ponen en el telediario y requiere de mucho sudor y lágrimas, por lo que no es una opción recomendable para todo el mundo. También hay que tener constancia de que a la hora de emprender hay que tener la mente bien estable y tranquila, por lo que lla fatiga del desempleo os arrojará al abismo.

    ¿Puede que salga bien? Sí, ¿puede que salga mal? Pues es más probable. Coged el dinero que tengáis y acudid donde un auditor que os pueda asesorar convenientemente en base a vuestro perfil. Y por cierto, ¡ni se os ocurra preguntar al del banco! Ya os podréis imaginar el porqué.

  8. Imagen corporativa por los suelos

    Imagen corporativaMuchos se lanzan a la aventura tras haber culminado con éxito un plan negocio, un estudio de mercado y una ronda de financiación, pero, ¿qué pasa con los detalles? No querréis que todo se vaya al traste por algo que a primera vista os podría parecer nimio, ¿verdad? Pues ahí está otro de los errores típicos a la hora de emprender.

    Puede que seáis la leche en vuestro campo, que si no cuidáis la imagen de vuestro negocio los clientes pondrán pies en polvorosa. Como imagino que no es lo que queréis tendréis que mimar la imagen de vuestra oficina o local, vuestra imagen gráfica y web, y claro está que vuestra imagen personal y modales. De hecho, si os dedicáis a alguna profesión relacionada con Internet os recomendaría que contratarais los servicios de un diseñador web y de un redactor (o copywriter, como ahora está de moda decir). Os serán de mucha ayuda.

  9. Competir por precios

    Made in ChinaTípico, y más aún en tiempos de crisis. A ver si habéis oído hablar de estas cuatro cosas: China, Primark, Burger King y Latinoamérica. ¿Os suenan? Si queréis emprender poniendo énfasis en los precios tendréis competidores que os podrán reventar.

    Si queréis vender productos baratos siempre tendréis a los chinos, quienes podrán ofrecer mejores precios. Si queréis emprender en el sector de la moda compitiendo a precios bajos tendréis al lado a bestias como Primark, Inditex, H&M y similares. Si queréis emprender con un negocio de comidas baratas tendréis ahí a las cadenas de fast food como Burger King o Telepizza. Y si queréis emprender en Internet ofreciendo precios tirados siempre tendréis a Latinoamérica, que hablando el mismo idioma y contando con profesionales como vosotros a patadas os podrán quitar el pan de la boca.

    Y si bien podría poner más ejemplos del estilo creo que os podréis hacer una idea de lo que quiero deciros, ¿verdad? Debéis buscar ser diferentes, debéis destacar y competir por calidad y/o por innovación, pero nunca a base de rebajar precios. De hecho, si seguís esa técnica tendréis un negocio con peor imagen y, lo que es peor, con márgenes tan escuetos que al mínimo bache desapareceréis del mapa. ¿Os interesa? ¡Pues claro que no! Pensad qué podéis ofrecer, siempre hay algo.

  10. Cortos de capital

    En el punto seis os comentaba los peligros de pasarse a la hora de poner capital. Bueno, pues aquí os voy a decir algo parecido:

    [stextbox id=»info»]tened preparado el capital necesario para aguantar un año sin facturación.[/stextbox]

    Se trata de uno de los errores típicos a la hora de emprender. Propio de aquellos que extasiados con su idea piensan que desde el primer mes van a vender como burros. Es más, alguno hasta piensa que en seis meses va a destronar a El Corte Inglés. Y bueno, pasa lo que pasa, ejem.

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Un comentario en «10 errores típicos a la hora de emprender»

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